miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿CÓMO QUIERE QUE LO CUENTE?

Sin luces, micrófonos, cámaras y un auditorio repleto, te voy a contar cómo lo cuento. Ya lo sabes, es sólo un intento porque ahora, después de ver un video en una de las páginas que más frecuento, unos periodistas cuentan que están desarrollando un taller para ellos y estudiantes de comunicación sobre cómo contar historias, cómo escribir crónicas y se me ocurrió contarte cómo trato de hacerlo.
           
A propósito, lo que están haciendo es una campanada de alerta para los grandes medios de comunicación, los dueños y sus editores, esos que con cierta arrogancia y dependiendo de su estado de ánimo desechan en el cesto de la basura lo que con mucho esfuerzo tratamos de contarte. Ojo, mucho ojo facultades de ciencias de la comunicación, el viejo esquema, el “lead” con sus respuestas a las seis W: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿por qué?, ¿dónde? y ¿cómo?, se está quedando atrás con el desarrollo tecnológico y los nuevos medios de comunicación. Los lectores, los que consumen las palabras escritas, la razón de ser de los medios escritos, se están aburriendo.
           
El género periodístico es diverso. La tipología anglosajona, basada en la frase “facts are sacred, ideas free” —los hechos son sagrados, las ideas libres— lo clasifica en dos tipos. Por un lado, el que da a conocer hechos como la noticia, el reportaje y la crónica; por otro, el artículo de opinión y el editorial que dan a conocer ideas. En los primeros, siguiendo la frase de que los hechos son sagrados, son bien rigurosos, a tal grado que te obligan a corroborarlos hasta extenuarte. La crónica se enmarca en lo que ha pasado y el periodista la interpreta directamente sobre los hechos. Contar historias, hacer una crónica, es fascinante para el que quiere ir más allá de lo tradicional. Interpretar los hechos y cautivarte con ellos es el reto.
 
Lo primero que hago es elaborar un plan. Antes elaboro una lista de temas que han estado dando vuelta y vuelta en mi cabeza. Esos temas se encuentran a nuestro alrededor, en la vida diaria, en la lucha constante por construir una vida mejor. ¿Lucha? Sí, lucha. La vida sin lucha no es vida. Todos y todas luchamos contra algo o alguien que se opone en la consecución de nuestras metas, siempre hay oponentes y de esa lucha se deriva la historia que te voy a contar. A veces la lucha es interna, contra nosotros mismos, pero esa parte es otro cuento. Historias hay muchas que contar. Debes estar claro del objetivo, es decir ¿para qué?, cuáles son los motivos que tienes para contarlo. ¿Quién es el destinatario? Es decir, para quién lo escribes, porque debes despojarte del yo en homenaje al usted. Con esos aspectos resueltos ya vas avanzando.
           
Comienza a escribir tu historia, no te detengas. No tengan miedo nunca a la crítica, siempre habrá alguien que quiere demolerte de entrada. Debes saber dónde empezar y dónde concluir. Toda historia tiene un principio, un ambiente, un desarrollo y una conclusión, igual que la vida misma. Tú decides dónde empezar. Puedes hacerlo al final de la historia cuando “fueron felices para siempre” y retroceder en el tiempo. Ojo, el tiempo es importante para los que te leen; tienes que ir al grano, pero no hay que ser rudos, no sueltes toda la historia de una vez, emplea la “teoría del iceberg”, esa que dice que el iceberg sólo muestra el diez por ciento de su masa ante nuestros ojos. Recuerda que el editor es tu enemigo y la extensión de tu historia la utilizará como pretexto para desecharla. Escoge bien las palabras, nunca emplees esas rebuscadas y trata de mantener a tu lado varios diccionarios. Recuerda que nos comunicamos dialogando, así que emplea diálogos, pero no cargues mucho tu historia con ellos y debes aprender a construirlos en desborde. La tentación de describir siempre te va a atrapar, hazlo pero no en exceso. Recuerda que narrar y describir no es lo mismo, narrar es relatar y describir es pintar, emplea el lápiz como un pintor el pincel.
           
Emplea escenas como en las películas o en el teatro, intenta que los que leen se aproximen a tus personajes como el lente de una cámara en “close up” o en alejamiento. Debes conocer bien a los personajes, como que fueran de tu propia familia y recuerda que son seres humanos que tienen temores, vicios, alegrías y malicias. No te olvides de la acción, sin acción no hay movimiento. Reflexiona y analiza lo que sucede, entrégales el micrófono para que sean las personas las que opinen. Llegará un momento donde tu historia debe resolverse, “la crisis de la acción”, el punto donde los conflictos se resuelven y de allí en adelante la acción cae, termina la lucha y se da la resolución de tu historia. Lo puedes hacer de diferentes maneras, pero no creas que es fácil.
           
Cuando termines tu historia, no te llenes de mucho orgullo. Conviértete en carpintero, utiliza el cepillo y la lija, debes pulirla y sacarle brillo. Desecha en ese momento lo que puedas, corrige y corrige como cuando comenzaste a escribir, con entusiasmo. Compártela, entrégasela a un amigo sincero para que la lea. Él sabrá valorarla, te dirá si encontró sensaciones y sonidos agradables en las palabras y en cada frase al entrar por sus ojos hasta hacer chispas con las neuronas, trasladándose a vivirlo en carne propia, desde la comodidad de la cama o el sillón, sin asumir ningún riesgo. Él te dirá si la trama que preparaste para intrigarlo, convencerlo, convertirlo en tu aliado, enojarlo, alegrarlo, carcajearse o entristecerlo, lo atrapó. Si tu historia es buena, al concluir su lectura, te aseguro que se ha quedado en suspenso, pensando en las palabras, en las imágenes grabadas en su corazón, mente y piel, o subrayadas en el papel. Ese es el premio del esfuerzo.
           
Anímate, cuenta tus historias. Si eres libre, olvídate del editor, tarde o temprano se convencerá que las mejores historias son las que ha enviado al cesto de la basura. Si no lo eres, insiste, abrúmalo con tus historias, un día se cansará.

Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS.
Sábado, 26 de noviembre de 2011

lunes, 28 de noviembre de 2011

EL FABRICANTE DE INSTRUMENTOS MUSICALES

Su hermano mayor deseaba aprender a tocar, pero en la comunidad de Wapi no había donde comprar una guitarra. En una capilla de la iglesia católica encontraron una, la observaron con detenimiento y con un formón filoso, hecho de un machete viejo, procedieron a moldear y cavar un trozo de palo hasta fabricarla. Don Roger Aragón, músico de la comunidad, la probó y le dio el visto bueno a pesar de los golpes ásperos que tenía provocados por el cepillo. “Fue un éxito, mi hermano siguió experimentando y logró hacer otras”, dice José Santos.

Sin mucha ilusión, ante la insistencia de su hermano y los resultados que obtenía, se dio cuenta que fabricando guitarras podía ganarse la vida. “Probamos varios tipos de madera, nos hacían encargos, comenzamos a venderlas y, después que ganó doña Violeta en 1990, nos trasladamos a vivir a El Rama. Allí conocimos a un alemán llamado Henke que hacia guitarras y nos facilitó moldes, las medidas científicas para construirlas usando la cinta métrica para dividir las partes exactamente y evitar errores”. A los ocho años aprendió a tocar guitarra. “El primer acorde que aprendí fue Mi Mayor, iba a la capilla de la iglesia católica y me gustó”.

En 1999 decidió trasladarse a Nueva Guinea por la actividad comercial y la demanda de instrumentos. “Con la experiencia que tenía, surgió la idea de poner el taller y desde entonces estoy aquí”. Ahora, José Santos Pérez Ortega posee su taller llamado “Fabrica de Instrumentos Musicales El Mariachi” donde oferta guitarras, requintos, vihuelas, guitarrón, violín, mandolinas y charango. Es un tramo pequeño ubicado en el marcado municipal, al fondo del monumento en dirección a la parada de buses. El ambiente es ameno, alegre donde se respiran notas musicales, olor a pintura y barniz; cuando se entra los pasos trituran colochos de madera. En la pared y en la ventana cuelgan los instrumentos logrados con su esfuerzo.

Sus principales clientes son campesinos. “La gente del campo es la que más me encarga instrumentos musicales. Siempre buscan guitarra, guitarrón, requinto y vihuelas para hacer el mariachi”. El violín es el instrumento más difícil de construir. “Dedico quince días para hacer un violín porque el trabajo es más fino y seis días para una guitarra”.

El buen constructor de guitarra debe saber emplear la madera. “De una troza salen muchas tablas, pero no todas son aptas. Se debe seleccionar bien la madera, que no tenga ojos, que la hebra no esté encontrada, que no esté quemada, darle el secado completo a temperatura ambiente, lo que puede durar más de un año. Una de las maderas preciosas empleada para construir guitarra es el cedro real; es fina y liviana, y en muchos países quisieran tener este tipo de madera”, explica con orgullo.

Los precios varían según el instrumento y la madera empleada. La guitarra más favorable tiene un costo de dos mil setecientos córdobas, pero si combina granadillo en las fajas laterales, tapa trasera y diapasón, cedro real en la tapa principal y caoba en el brazo, el precio aumenta. Las iglesias evangélicas demandan guitarras electroacústicas. “La construimos con la misma madera y le ponemos la pastilla empotrada en la caja armónica”, explica José Santos.

Un guitarrón lo vende a tres mil doscientos córdobas cuando es de clavija de madera, pero si le pone tornillos al “estilo mexicano” vale cuatro mil seiscientos. La vihuela tiene un costo de dos mil doscientos y el requinto tres mil quinientos córdobas. El violín lo construye con su arco incluido. En sus planes contempla vender los instrumentos con los forros o estuches para el mejor cuido de los mismos.

Los que saben de música prefieren comprar instrumentos hechos de manera artesanal, así como las hacemos aquí, humildemente. Las fábricas, la industria produce en serie, en cantidades, porque les interesa vender una marca. Nosotros hacemos poco pero de alta calidad. No necesitamos hablar, el instrumento habla por nosotros. Me va bien, esto ha sido importante en mi vida, mantengo a mi familia. Mi trabajo me ha permitido ganar muchas amistades, todos los que me visitan muestras un gran cariño al verme, al saludarme. Antes, cuando era soltero, a través de la música y las serenatas, conquisté varios amores que nunca se olvidan” dijo sonriente José Santos.

Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS
Lunes, 14 de noviembre de 2011

jueves, 24 de noviembre de 2011

MACHO TIME

Macho time es el momento que los hombres buscamos para nosotros, sin ellas. No me refiero al tiempo que requerimos para leer nuestro libro preferido, escuchar nuestra música predilecta ni abandonarnos en la soledad para meditar, escribir, pensar en los problemas que debemos resolver por el peso de las cargas diarias o en ella, si es que nos mandó a dormir a la casa del perro, al dog house como decía mi papá.
           
Considero Macho time como ese tiempo que los hombres inventamos, creamos, casi conspirando contra ellas, para encontrarnos con nuestros amigos, nuestros broders, nuestros yuntas, sin que ella participe. Ese espacio con “tus amigotes”, así les llaman ellas, es una necesidad; es innegable, inaplazable, aunque a ellas no les guste. Por supuesto que si las tenemos abrazaditas, dándoles besitos, apapachándolas, acariciándolas o si simplemente estamos acostados en el sofá de la sala viendo la televisión bajo el control de sus miradas, siempre van a estar contentas y felices. Por lo general, nos miran con malicia como tratando de entrar en las entrañas de nuestros pensamientos para adivinar en qué diablos estamos pensando. No te preocupes, así son ellas.
           
Cuando surge la necesidad de ese momento me las ingenio. Hago cualquier cosa por halagarla, estoy pendiente de sus necesidades, como casi siempre, pero con los cinco sentidos en alerta: si hay que barrer la casa lo hago, si tengo que lampacear, lavar el inodoro, recoger la basura, hacer los mandaditos que me encomienda, cocinarle sus antojitos, hermano, no lo dudes, lo hago con el mayor esmero que puedas imaginarte. Pero como me conoce como a la palma de sus manos, “así te conozco”, dice mostrando su mano, es difícil que no descubra mis intenciones. Y de allí para allá busco el pretexto indiscutible para reunirme con mis “amigotes”: “tengo que llevar el jeep al taller, cambiarle el aceite, lavarlo y pastearlo” o simplemente “ya vengo, voy a ir a visitar a los nietos” y me escapo. Eso sí, lo que digo que voy a hacer lo cumplo para no herir sus sentimientos. Ronald Jr., mi hijo, es el rey del ingenio. “Hoy vengo tarde, tengo que salir a hacer un avalúo”, dice y se escapa.
           
El Macho time se planifica, se construye y se organiza. Hoy mejor que antes, por la tecnología, basta una llamada o un mensajito para que te provoquen: “en la gasolinera de los panaderos están a quince las coronas, allí nos vemos”, “en el rancho de Simón están haciendo un chancho al estilo cubano, a las cinco lo comienza a repartir”, “Julio está haciendo una sopa de huevos de toro”, “Harry se volvió loco, tiene a doce las toñas” y así otros indicios más para juntarnos a lo grande.
           
“Ustedes, los hombres, sólo hablan de mujeres cuando están sin nosotras”, dijo Ana, mi nuera. Está equivocada, bueno, no totalmente porque también hablamos de ellas, de ellas, las otras, “las guapas”. “Vieras como está la chavala que tiene el lunar en la nariz”, dijo Charrasca. “Ya te diste cuenta, la Manía anda empaquetada y no se sabe quién se la apeó”, dijo Chico volviendo a ver a Harry y a Rudy. Y entre vieras o fíjate la testosterona sube y fluye, llena el ambiente. Pero también hablamos de otras cosas que se las decimos a ellas, pero entre amigos las hacemos más chistosas. “No jodas, acabó de amarrar 20 vacas por teléfono, mañana caen los billetes, otra tanda por favor para esta mesa”, dijo Aster, mi hijo. “El teléfono de Ronald me lo sé de memoria, chiva andarlo grabado, dos cuarenta y cinco y una treinta y ocho por si aguanta los primeros dos balazos”, dijo Chico.

También nos comentamos cosas al oído, esas que sólo compartimos entre machos y evitamos que ellas se den cuenta. Y los chistes, los que nos hacen reír a carcajadas, son infaltables. El chele de El Verdun, es el rey de los chistes, podes pasar toda la noche a su lado sin que repita uno. Se encuentran dos amigos y uno le dice al otro: “Ideay broder, te veo como mueble de carpintería fina”. “Cómo es eso hermano”, contesta el otro. “Bien pulido, bien acabado” dice y todos ríen a carcajadas. El más picante es el del “huevo de paloma” y si no te lo sabes otro día te lo voy a contar, chiva con ellas. Y es que entre fíjate, vieras, los negocios y los chistes, siempre suena el teléfono de todos, son ellas las que llaman. “Mesero, ya no traiga las cervezas, ya me voy, mi mujer me está llamando”, dijo Aster en voz alta con la llamada activa. “Ya voy amor, sólo una más me voy a beber, ya te pedí un pollito asado” y cualquier otra cosa para prolongar el Macho time.

A la hora de la pagar la cuenta, se divide entre todos. “Celos, vos crees que te cela, es a los reales, no seas baboso”, dijo Chico. Cuando llega el momento no deseado, las despedidas son efusivas y las bromas siguen. “No jodas, te fijas, yo te dije, no te cases, la cagaste todita, ahora tenés que aguantarla”.
           
Cuando regreso a mi casa, entro como gato en casa ajena. Ella ya está dormida, aparentemente, pero apenas siente que me acomodo en la cama se voltea y me da la espalda y, al amanecer, le tengo preparado su cafecito. “Qué barbaridad, nunca te vas a componer, ya estas viejo para andar con ese montón de chavalos”, dice. “Amor, pero si son mis hijos y sus amigos, es un espacio que me relaja y me divierto”, le contestó, pero se hace la loca. Ya no le interesa como antes lo que estoy pensando, esa etapa ya pasó y por eso me imagino el próximo Macho time. A los otros no sé cómo les va, pero he escuchado que varios amanecen en la casa del perro, los mandan al dog house. Y vos, ¿ tenes tu Macho time?

Ronald Hill A.
Martes, 22 de noviembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

EN NUEVA GUINEA NO EXISTEN CALLES PARA EL PUEBLO

Las calles del casco urbano de Nueva Guinea, el municipio más poblado y con mayor auge económico de la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS), son literalmente desastrosas; más del ochenta por ciento de ellas se encuentran en mal estado, son recubiertas con material selecto pero se deterioran con facilidad por las altas precipitaciones y el transito de rastras, camiones IFA y ganaderos, y la mayoría de ellas no cuentan con cunetas ni andenes.

El mantenimiento y reparación de las calles es ocasional, por allá, como dicen. Pero según cálculos del gobierno municipal, se destinan cincuenta mil córdobas anuales por cada calle no pavimentada en su mantenimiento. Los vehículos livianos, taxis y particulares también sufren las consecuencias porque se deterioran con facilidad, provocando altos costos en su mantenimiento.

El drenaje pluvial es ineficiente. Al llover, casi diez meses en el año, las calles se inundan, el agua corre a su gusto y antojo; cruza las calles, se desparrama hacia las zonas bajas, sigue su curso en cauces naturales hasta desembocar en el río El Zapote y varias quebradas que son tributarias del Río Plata. La población se detiene, deja de circular observando la correntada de agua con nostalgia, pero al estancarse en grandes charcos, las nubes de zancudos proliferan enloqueciéndola y en el periodo seco el polvo invade hasta su alma.

Las calles adoquinadas o cubiertas con concreto rígido forman un rectángulo entre la calle central, el mercado municipal, la rotonda de los “cuatro evangelios” y la salida hacia Managua, propiamente donde un rótulo da la bienvenida a Nueva Guinea. Las calles de las zonas cinco, seis, parte de la ciudadela y la que termina en la alcaldía fueron adoquinadas con el apoyo de la cooperación Española. La calle central, desde el Instituto Nacional Rubén Darío hasta el monumento, fue financiada por el FISE a inicios de la década de 1990. En los últimos años otras calles han sido construidas con concreto rígido, como la de los “cuatro evangelios”, uniéndose con el adoquinado de la zona cinco. Desde el monumento hacia el “hospital” se encuentra adoquinado por ser parte del proyecto de adoquinamiento hasta Naciones Unidas que unirá a Nueva Guinea con Bluefields.

El viernes 18 de noviembre, Nueva Guinea estrenó dos calles pavimentadas que le faltaban al parque central. La obra tuvo un costo total de U$ 114,293 dólares. El Programa de Desarrollo Municipal financiado por USAID aportó el 81 por ciento y la municipalidad la diferencia. Fue ejecutada por el organismo CHF y cuenta con rampas de acceso al parque para personas con capacidades diferentes. “Esta inversión es una respuesta de la municipalidad a la demanda que parte de la población expresó en espacios de consulta que realizó la Alcaldía a finales de 2009”, dice una nota de prensa de USAID y CHF.

A cuarenta kilómetros de Nueva Guinea, en dirección a La Curva, buscando la carretera hacia El Rama, se encuentra el municipio de El Coral; un municipio pequeño, predominantemente ganadero y de reciente formación. Todas sus calles se encuentran adoquinadas, lo que cambia como por arte de magia su atractivo. El alcalde de dicho municipio dejó a un lado las diferencias políticas y logró que el gobierno central apoyara la localidad con el programa “calles para el pueblo”, igual que sucede en otros municipios donde el gobierno local no es dominado por el partido de gobierno.

En Nueva Guinea no existen “calles para el pueblo”, pareciera que no son para humanos por la intolerancia política, la falta de visión, trabajo armónico e intereses partidarios en el quehacer institucional. De los caminos rurales, los que unen la ciudad con las colonias y comunidades, mejor ni mencionarlos porque la situación es deplorable. Nueva Guinea se merece mejores calles. ¿Hasta cuándo este pueblo cristiano, solidario y trabajador podrá tenerlas?

Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS
Domingo, 20 de noviembre de 2011

sábado, 19 de noviembre de 2011

LO QUE TENGO

Tengo vida, vivida a mi manera. Tengo sueños, esperanzas, anhelos y temores. Tengo sonrisas, miradas de ilusión y voces de alegría. Tengo amigos y amigas, lejanos y cercanos. Tengo penas y nostalgias. Tengo amores, infantiles y soberbios.
Tengo lo que tengo, heredado y construido. Tengo sangre, sangre de múltiples colores.

Odio a veces lo que oigo. Amo lo que veo, ojos medio ciegos. Siento lo que sientes, piel festiva, corazón doliente. Ando por tus sendas, camino tus caminos cubiertos por espinas.
Lagrimas derramo lleno de alegría. Libros leo, mancho y los comparto.

Tengo una guitarra. Tengo perros. Tengo un blog donde me inspiro. Tengo una casa convertida en mansión de esperanzas. Tengo una reina que encadenó mi corazón. Tengo hijos que son amigos. Tengo nietos y les daré consejos llenos de nostalgia.

Tengo lo que tienes, carne y alma
Tengo lo que tengo y me desborda
Lo que tengo es tuyo, un regalo
Lo tengo sin condiciones, acepta lo que tengo.




viernes, 18 de noviembre de 2011

DÍA DE CABALLOS


Los caballos de Huete no pastan en los potreros de su finca. Son caballos machines, vagabundos que permanecen en los callejones y a orilla de la carretera. Cuando te quejas con él solamente se pone a reír. Ya le dije: “me vas a pagar potreraje”, porque entran por el portón a comerse la grama que cuido permanentemente y dejan una marimba de cascos en la tierra que dificulta el corte de la misma. Hoy entraron cuatro veces y tuve que salir corriendo a tirarles piedras. Son mañosos, ninguno de mis vecinos los quiere, todos los ahuyentan. Como me mantengo atendiendo a mis clientes, al verlos me avisan y salgo disparado a correrlos.

Cuando hay desfile de hípicos, Huete es uno de los principales organizadores. Monta un bello semental, de paso elegante y bailador. A ese lo cuida como a la niña de sus ojos, lo baña, lo peina, le da su ración de concentrado, pasto de corte y lo mantiene desparasitado y vitaminado, pero a los otros los margina, son los chapiollos que ni siquiera les asigna un potrero en su finca y los odiados por sus vecinos finqueros porque se saltan los cercos y arrasan con todo lo que encuentran.

Huete se vive quejando en la Policía porque en varias ocasiones los roba ganado han destazado reses en su finca. A cada rato veo pasar su camioneta con policías para que miren la huesera que le dejan. Un día de estos le destazaron una vaca, le sacaron los lomos y le cortaron una pierna. Si los caballos se comieran, estoy seguro que los mantuviera encerraditos, cuidaditos y ordeñaría a las yeguas para vender la leche. Me tiene al borde, me hace perder la paciencia. Cuando les tiraba piedras, pasó uno del ejercito y le grite: “préstame el AK para matar estas bestias” y se puso a reír. También pasó Norvin, el que corta la grama con una guaraña y, al verme tirar piedras, dijo: “dales un escopetazo, para nada tenés esa sarrosa”.

Al rato se apareció Bayardo, mi vecino, montado en su caballo. “El colmo, pensé, más caballos” y me puse a leer con disimulo. “Patrón, venga”, dijo Bayardo. “Este quiere guaro”, pensé, porque a veces agarra una farra de hasta quince días que tienen que ponerle suero para que deje de tapinear. Acercó el caballo a las gradas del restaurante y me entregó un sobre. “Lo tienen asoleado esos caballos”, dijo. Abrí el sobre y lo leí. “Te invito a mi cumpleaños el día sábado 19 de noviembre a partir de las cinco de la tarde”. Lo vamos a celebrar, le dije. “Sí patrón, nos vamos a beber una caballada de guaro, cuidado no llega”, dijo, espueleando al caballo para salir al trote por el portón.

Hablé con mi amigo el juez sobre el asunto. “No vale la pena meterse a clavos por esas bestias”, dijo. La alcaldía municipal debería multar a Huete, encerrar los caballos y entregárselos hasta que pague, pero nadie hace nada. Otro amigo me contó que una vez hicieron una ofensiva contra los caballos vagabundos que provocan accidentes en la carretera. "Nos organizamos y salimos armados de noche hasta la curva. A cada caballo que nos encontrábamos lo palmábamos", dijo. Ya acumulé piedras para ahuyentarlos, así voy calentando el brazo y el codo para el cumpleaños de Bayardo.


Ronald Hill A.
Jueves, 17 de noviembre de 2011 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

TE GANASTE UN DIEZ

La noche oscura, la suave arena y el sonido de las olas reventando en la playa, cubrían su figura y el ruido de sus pasos. Se aproximaba sigiloso como tigre hambriento dispuesto a desarmar al vigilante. Recorría el tramo de costa entre La Colonia y el astillero, en dirección hacia el muelle de los barcos camaroneros. En el trayecto recordó las mil batallas liberadas como oficial del Ejército y en el internacionalismo guerrillero practicado junto a las tropas del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional. También recordó el día que conoció al gringo Rodney Herndon, propietario de la empresa Gulf King.

    Necesito una persona con tu experiencia —dijo el gringo—. Estoy harto de que roben de día y de noche en la empresa.

El teniente coronel Cástulo Manríquez, retirado del Ejercitó y propietario de la empresa de seguridad “El Vigilante”, observaba a Hernán Solano con detenimiento. Chaparro, cuerpo fornido, bigote negro filoso y con una gorra sobre su cabello chiriso, se levantó de la mesa en posición de firmes para estrechar la mano del gringo, aceptando su nuevo puesto como jefe de vigilantes de la empresa.

    Te espero la próxima semana en El Bluff —dijo Rodney.
    Allí estaré puntual —respondió Hernán.

“Cuando me contrataron de vigilante en el turno de día, todos nos mirábamos como hermanos, no teníamos problemas. Pero cuando apareció H4, así le decían a Hernán Solano en el puerto, todo cambió”, dijo Virgilio. Al bajarse de la panga casi se cae al agua y al panguero, al tratar de ayudarle, lo amenazó con la pistola Makarov; “si me tocas te palmo”, le gritó.

El gringo Rodney, junto a Gary Luck, otro gringo, uno alto y barbudo, jefe de la Planta, reunió a los vigilantes de los dos turnos. Éramos veinte, diez de la noche y diez del día. “De ahora en adelante este hombre será su jefe”, nos dijo Rodney y H4 dio un paso de militar frente a nosotros sacando el pecho. Se cuadró con las manos cruzadas en su espalda y nos quedó viendo con mirada de odio, igualito como quien mira a un enemigo. “Conmigo no van a andar jugando; ustedes vigilan, pero yo nos les quitaré los ojos de encima”, nos dijo H4. El gringo Rodney y Gary Luck se volvieron a ver sonrientes y se retiraron a sus oficinas. Luego de presentarnos, H4 cambió el turno de trabajo y los puntos de vigilancia que teníamos asignados: la planta, La Colonia, el portón del muelle, el muelle y el astillero. Nos movió a todos y por temor a perder el trabajo no protestamos. “Desde entonces comencé a celar de noche”, dijo Virgilio.

Se ganó la confianza de Gary Luck. Recorría las cantinas por las tardes y después de las siete de la noche se dirigía a La Colonia con varias botellas de guaro para bebérselas con el gringo. “Eran como uña y carne, pipitos”, dijo Virgilio juntando los dedos índices de sus manos.

El primer conflicto que tuvo H4 fue con los capitanes de los barcos camaroneros. Una mañana, después que descargaron la captura de camarones, varios capitanes se dirigían a sus casas con un saco lleno de pescados y, al pasar por el portón del muelle, H4 no les permitió sacarlos, los detuvo enllavando la cadena del portón. “Se armó una discusión, un molote que tuvieron que llamar a Gary Luck. El gringo les pidió disculpas porque H4 no se daba cuenta de esa costumbre, pensaba que se estaban robando los pescados”, dijo Virgilio. También tuvo problema con los marineros de los barcos. Cuando atracaban en el muelle, después de pescar por la noche, hacían su comida y en varias ocasiones le ofrecieron, pero se negaba a aceptarles bocado. “Ustedes creen que me van a comprar con esa comida de mierda”, les decía. Pero cuando andaba tomando se aparecía por las noches en el muelle, se subía a los barcos y los quería obligar a que le cocinaran a su antojo. Se quejaron con los capitanes y desde entonces era mal visto por todos en el muelle.

“A nosotros nos hizo la vida imposible”, cuenta Virgilio rascándose la cabeza. Se vestía con una chaqueta y gorra negra. En altas horas de la noche recorría los puestos de vigilancia. A varios los encontró dormidos y los desarmaba, colgaba las escopetas de su hombro y las guardaba en la caseta donde tenía su oficina. “Te ganaste un diez”, les decía cuando llegaban sin el arma, amenazándolos con el despido si volvía a ocurrir.

Una noche se fue la energía eléctrica en todo el Puerto. Yo vigilaba en la Planta y H4 se apareció a las once de la noche con sus tragos y los ojos rojos como demonio asustado. Dijo: “ya voy a ir a joder a estos dormilones” y se dirigió a La Colonia. Antonio Pérez, el vigilante de turno en La Colonia, estaba pendiente de su llegada y al aproximarse lo iluminó con el foco. “Pensé que estabas dormido”, le dijo. Habló con Gary Luck y se dirigió hacia el muelle. Antonio le ofreció el foco pero lo rechazó.

A unos veinte metros del puesto de vigilancia ubicado en el astillero, el vigilante del puesto le dio la voz de alto y no respondió. El segundo alto lo dio cuando el bulto estaba como a diez metros. A los cinco metros le dio el tercer alto y H4 seguía sin responder. Escuchamos el escopetazo casi a las doce de la noche. En la mañana vi el cuerpo de H4 tendido en una camilla del puesto de salud con un hueco en la garganta. Al vigilante lo detuvo la Policía, pero a los quince días salió libre. Todos los trabajadores de la empresa le decían al vigilante del puesto del astillero: “Te ganaste un diez”.

En la empresa corrían los rumores de que H4 y Gary Luck eran socios en negocios turbios que hacían a escondidas de Rodney. “Yo escuché decir que cuando el mero jefe estaba ausente vendían camarones en El Rama y de esa manera el gringo logró comprar varias fincas en el Río Escondido. Después me vine para estos lados, cuando la empresa Gulf King dejó de funcionar, dejando en la calle, hambrientos y con deudas a todos los pobladores de El Bluff”, dijo Virgilio al despedirse.

Ronald Hill A.
Viernes, 11 de noviembre de 2011

lunes, 14 de noviembre de 2011

DESDE EL PATIO Y LA MONTAÑA A LA MESA

La Porcinocultura, es decir, la crianza, desarrollo y engorde de cerdos, se realiza en Nicaragua en los patios y fincas de pequeños y medianos productores campesinos, a lo largo y ancho del país. La producción industrial o tecnificada mediante granjas especializadas es reducida, manejada por medianos y grandes productores vinculados a la industria de embutidos.
           
El sistema de producción dominante es tradicional. En los patios de las casas los niños y niñas ayudan a los padres en el manejo de los cerdos que son alojados en un cobertizo, “el chiquero”, donde se les brinda el cuido necesario: agua, alimentos y la higiene requerida.  En muchos casos, son las mujeres, jefas del hogar, las que compran lechones destetados y garantizan el cuido durante las fases de crecimiento, desarrollo y engorde. En las fincas ubicadas en el interior del país, en “la montaña”, el manejo varía relativamente poco debido a las posibilidades de criarlos bajo un sistema de semi-confinamiento, a través del cual son pastoreados parte del día, alimentados en corrales de alambre de púas y por la noche permanecen en encierros, utilizándose la misma infraestructura empleada en ganadería mayor.

Las razas predominantes son “criollas”. Con el tiempo, los “curritos” han desaparecido debido a la introducción de animales reproductores (machos y hembras) de razas mejoradas por el programa Hambre Cero, organismos no gubernamentales (ONG’s) y proyectos de desarrollo rural. Aun con nuevos genes introducidos, el manejo de los animales sigue siendo tradicional. Es común encontrar rasgos de las razas Yorkshire, Landrace y Duroc en diferentes grados de cruzamiento.
           
Las prácticas de manejo son sencillas. En los patios y fincas es frecuente la aplicación de desparasitantes, vitaminas y la vacuna contra el cólera porcino, promovida por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG-FOR) mediante campañas de vacunación. La base de la alimentación es “el machigüe” o “nisayo”, consistente en los desperdicios de la cocina del hogar familiar que se recolecta en cubetas, porciones de semolina de arroz, maíz en tiempos de cosecha y sales minerales; mientras que en las fincas es más diversificada: son pastoreados, se les brinda el suero obtenido al elaborar queso, maíz, yuca, guineo cuadrado o “guineo de chancho” y “machigüe”.
           
El manejo tradicional y la escasa asistencia técnica inciden en los bajos índices reproductivos y productivos. Las instituciones del Estado se concentran en campañas de vacunación y los problemas que enfrentan los productores son resueltos mediante consultas a los proveedores de productos veterinarios de los pueblos y a técnicos que laboran en ONG’s. La escasa asistencia técnica y carencia de inversiones son problemas que limitan la mejora y crecimiento de la actividad.
           
La comercialización es dominada por intermediarios de animales en pie que sostienen alianza con personas que comercializan la carne en los principales mercados. Los cerdos producidos en los patios son vendidos a destazadores en domicilios que abastecen a las familias, restaurantes, fritangas y hacedoras de nacatamales de la misma comunidad. Los compradores recogen durante la semana un lote significativo, más de diez cerdos, para posteriormente venderlos a los comerciantes de animales vivos que interactúan con varios de ellos. Estos poseen fuertes vínculos, robustecidos a lo largo de los años, de dos vías: con sus compradores y los comerciantes de carne de cerdo de los mercados. Los comerciantes de animales vivos suelen poseer sus propios medios de transporte y muchos acopian en los “puertos de montaña” lotes de hasta cien cerdos.
           
Los comerciantes de carne de cerdo suelen realizar el destace en los mataderos autorizados para tal fin, principalmente en Tipitapa, y abastecen a los comerciantes de carne fresca de los principales mercados de Managua (mercado de Mayoreo, Huembes, Iván Montenegro, Israel Lewites), los que a su vez suplen del producto a restaurantes, comedores populares y fritangas.
           
Bajo este sistema de intermediación, los comerciantes de animales vivos reciben las señales de los comerciantes de carne fresca en los mercados sobre el precio base de compra a los productores. Entre más distante se encuentra el productor de los principales mercados, el precio de compra es menor. En los “puertos de montaña” de Nueva Guinea se paga a 13.5 córdobas por libra de peso vivo, mientras que en la ciudad se incrementa en un veinte por ciento y en el occidente del país hasta en un cincuenta por ciento. La fuerte cadena de intermediación, la falta de información y la distancia de los productores de los mercados de carne son los principales aspectos que frenan la mejora y rentabilidad de los productores y productoras de cerdos en el país.
           
Al momento de consumir la carne fresca de cerdo, el delicioso “chancho frito”, el lomo pinchado, las costillitas asadas, la pepena con tortilla comalera, el chorizo, los chicharrones, las crujientes torrejas o su nacatamal dominguero preferido, tenga en cuenta el esfuerzo que realizan miles de pequeños y medianos productores y productoras de cerdos en condiciones adversas para que usted lo disfrute.


Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS
Domingo, 13 de noviembre de 2011

jueves, 10 de noviembre de 2011

LA FERIA DEL RECICLAJE


La Casa de la Mujer y Adolescencia de Nueva Guinea, el Movimiento Juvenil Niquipo y Manualidades Reyna desarrollaron la Feria del Reciclaje en Nueva Guinea con el fin de hacer conciencia sobre la problemática de la basura y motivar a los niñ@s y jóvenes en el aprendizaje de manualidades con desechos comunes (plástico, cartón, botellas, etcétera).

Aquí les dejo fotografías de los artículos que elaboran con la basura y dos videos cortos sobre el desarrollo de la Feria de Reciclaje.

























Ronald Hill A.
La Colina
Jueves, 10 de noviembre de 2011
Nueva Guinea, RAAS

martes, 8 de noviembre de 2011

LOS ROSTROS


Salí al pueblo, recorrí las calles y con detenimiento observé los rostros. Rostros de niños y jóvenes, de viejos y mujeres; rostros que siempre miraba, pero ahora sonreían, saludaban y decían adiós con sus manos. ¿Qué será?, me preguntaba. Debe ser el viento fresco de noviembre, pensé. Regresé a casa y encontré los mismos rostros sonrientes, llenos de dicha y felicidad. ¿Quiénes son?, pregunté. “Son rostros de tu pueblo; los dueños de nada, los lustradores, los chamberos, las empleadas domésticas, lavanderas de ropa ajena, de los recoge basura, de los vende todo. Esperan que le regreses la sonrisa”, dijo el viento.
           
Expectantes, los rostros me observaban fijamente como en pausa. Volví a mirarlos, recorrí de prisa sus gestos. ¿Qué tienen?, ¿Por qué están felices?, pregunté al viento. La lluvia irrumpió ahuyentándolos, pero los rostros continuaban en el corredor. Uno a uno fue despertando al sentir las gotas de lluvia y, al hacerlo, respondían la causa de su dicha.

EL DUEÑO DE NADA: sonrío y estoy feliz porque vivo libre y lleno de esperanza.

EL CHAMBERO: yo, porque estoy seguro de que al salir el sol encontraré cualquier trabajo para ganarme el día con el sudor de mi espalda.

EL LUSTRADOR: yo sonrío porque tengo mil amigos que me buscan en el parque.

LA EMPLEADA DOMESTICA: y yo porque mi patrona ha comenzado a darme mejor trato.

LA LAVANDERA DE ROPA AJENA: yo porque he aprendido a ahorrar agua.

EL RECOGE BASURA: y yo porque cada día es menor la cantidad de basura que encuentro en las cunetas.

EL VENDE TODO: yo porque pronto pagarán el aguinaldo, se acerca el mes de diciembre y venderé más cosas.

Al escucharlos con detenimiento también sonreí. Me uní a ellos, salimos a las calles y saludamos llenos de alegría a todos los rostros que nos encontramos en el camino. Igual que yo, otros preguntaban; al responderles sonreían, uniéndose hasta formar un ejército de rostros felices.
           
Al llegar mi turno de explicar por qué, dije: “sonrío por ellos, su dicha me contagia. Quiero ver las calles inundadas de rostros felices, contagiarlos de alegría”.

Sonó el despertador y desperté sonriente.

Ronald Hill A.
La Colina.
Nueva Guinea, RAAS.
Lunes, 07 de noviembre de 2011 

domingo, 6 de noviembre de 2011

AVANCE PROCESO ELECTORAL EN NUEVA GUINEA

Luego de realizar visita a varios Centros de Votaciones y Juntas Receptoras de Votos en el casco urbano de Nueva Guinea comparto con ustedes estas impresiones:

  • La gente acude poco a poco a ejercer su voto. Es domingo y primero acuden a sus iglesias.

  • He observado cortesía con personas de la tercera edad, mujeres embarazadas y personas con capacidades diferentes en varias JRV dándoles prioridad para ejercer su voto.

  • En algunos Centros de Votaciones se han dado conflictos con ciertos fiscales. En el Centro 003 el fiscal del PLC Freddie López, secretario del Consejo Municipal de Gobierno, por demandar el conteo de las boletas electorales fue retirado y escoltado hasta la estación de la Policía Nacional por unas horas.

  • Se nota la presencia de Observadores Electorales de la OEA y Unión Europea así como del CNU formado principalmente por estudiantes de la universidad URACCAN del recinto de Nueva Guinea.

  • La Policía Nacional regula el transito de vehículos con el fin de detectar aspectos prohibidos tales como estado de ebriedad, portación de armas, etc.

  • La Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios permanecen activados ante cualquier eventualidad que se presente.

  • Al medio día, el Poder Ciudadano recorría todos los Centros de Votaciones y JRV para entregarle alimentos a los miembros de las mesas y sus fiscales.

  • Las radios locales reportan constantemente sobre el avance del proceso electoral al igual que los canales de TV locales a través del cable.

  • Fiscales electorales del Consejo Electoral Municipal hacen preparativos para recepcionar en la Escuela Mauricio Cajina los resultados de las votaciones. Se espera que después de las siete de la noche comiencen a llegar los resultados.


Les dejo tres entrevistas cortas realizadas. Una al coordinador de un Centro de Votaciones, otra al jefe de la Policía Nacional en Nueva Guinea y la ultima a una joven votante con sus impresiones sobre el proceso electoral.




Ronald Hill A.
Nueva Guinea, RAAS.
Domingo, 6 de noviembre 2011.

¡VIVA EL VOTO!

A pesar de las múltiples anomalías presentadas en el proceso electoral, miles de nicaragüenses han salido a votar masivamente. En Nueva Guinea los paquetes electorales fueron recibidos por las autoridades del Consejo Electoral Municipal el día jueves 3 de noviembre. El día viernes y sábado se dieron protestas por parte de simpatizantes de los partidos PLC y PLI evitando la salida de las maletas electorales hacia los centros de votaciones más distantes del casco urbano debido a que no acreditan a sus fiscales electorales.

El día de hoy, hasta esta hora, no se reportan disturbios. Desde muy temprano acudí a mi junta receptora de votos a ejercer ese derecho que nos hemos ganado en base a largas luchas por alcanzar la paz y democracia de nuestro país. En la JRV estaban presenten los fiscales de los partidos políticos, el padrón electoral a la vista de los votantes, dos policías electorales, la boleta de votación con las dos firmas de los miembros y codificada. Al entrar me quitaron el teléfono móvil y la cámara fotográfica.

Aquí les dejo este vídeo tomado antes de ejercer el voto en el que entrevisto a Jairo Quiroz Largaespada, candidato a diputado del PLI en Nueva Guinea donde nos da sus impresiones sobre el proceso y varias fotos que he tomado hasta el momento.




Visitare varias JRV de las comunidades rurales y continuare haciendo post con mis impresiones. ¡VIVA EL VOTO!

Ronald Hill A.
6 de noviembre 2011
Nueva Guinea, RAAS.


jueves, 3 de noviembre de 2011

DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI, DO… Pausa

Desde hace más de dos años, solamente la observaba y un sentimiento de culpa al pasar a su lado me llenaba; eventualmente recordaba los momentos de paz que ella me daba. Nunca la había abordado ni tocado, nunca se me había ocurrido, hasta que un amigo enamorado lo aconsejó. Manos, dedos, pies, pierna, voz y cuerpo entero disfrutaron de ella. Los primeros momentos fueron dolorosos, pero las ganas de dominarla lograron superarlo.

Con entusiasmo acudía a ella en diferentes momentos: al amanecer, a mitad de la mañana, por las tardes y en las noches de insomnio. Nunca puso peros, ni puntos, ni comas; siempre estaba dispuesta a darme paz, sudar a su lado, elevar mi voz, acoger nostalgias, sueños, esperanzas, la alegría de vivir la vida. Es especial, sin mucho decir, despertó la ilusión, el amor y la melancolía. Nunca logré dominio total en ella, a pesar del esfuerzo emprendido: manuales, cursos on line, videos, el cerro de papeles impresos para obtener lo deseado quedaron archivados. La insaciable manía de escribir la superaron y quedó olvidada.

Ayer, al pasar a su lado, decidí abordarla. La limpié con sutileza, tomé del diapasón acomodándola en la pierna derecha, con mucho esfuerzo la afiné con crujidos olvidados de las clavijas y de su boca salieron arañas que anidaban en ella. Do, Re, Mi, Fa, Sol, La Si. El dedo índice, medio, anular y meñique de mi mano izquierda quedaron ardientes, luego de oprimir las cuerdas en los trastes para formar acordes.

Estoy en ello, he vuelto a tomarla; la tranquilidad y concentración funciona como terapia. La mano izquierda es fiel conmigo, acoge mis impulsos, mis reflejos, mi pensamiento; pero la derecha es holgazana, inoportuna, se desvía del camino, no responde como espero. Conste, no es política, es la realidad, es mi relación con la guitarra acústica.




Ronald Hill A.
Miércoles, 02 de noviembre de 2011

martes, 1 de noviembre de 2011

UN DIA RIMBOMBANTE DE MERCADO

En La Unión, una comunidad ubicada al sur de Nueva Guinea y a unos treinta kilómetros distante, todos los jueves se celebra el día del mercado; acuden más de mil pequeños y medianos productores campesinos a ofertar sus productos (queso, ganado en pie, cerdos, yuca y quequisque, así como maíz y frijoles en época de cosecha).
           
Desde tempranas horas, los comerciantes originarios de Nueva Guinea, Managua y Masaya bajan sus productos (alimenticios, vestuario, calzado e insumos) de los camiones, preparan sus puestos de venta acomodándolos en tijeras a lo largo de los corredores de las casas de la calle principal, a la espera de los “montados” que en grupos de dos, tres y cinco inundan la comunidad.
           
Más de mil bestias montadas por campesinos adultos y jóvenes, mujeres y niños concurren a ofertar sus productos y a adquirir los bienes que requieren para el consumo familiar y productivo. Según la distancia, salen al amanecer de las comunidades Fátima, El Tulito, El Jicarito, El Chacalín, El Cojo, Mata de Maíz, Buenos Aires, La Florida, Flor Sur, El Fajardo y San Ramón, para llegar entre las diez y once de la mañana luego de cabalgar entre cinco y diez horas.
           
Los acopiadores, ansiosos por su llegada, los esperan en los corredores de las casas, debajo de la sombra de un árbol, en los corrales y en las básculas para pesar queso, cerdos y ganado. Funciona la ley de un sólo precio, debido a que el mercado se satura de los productos campesinos provocando la baja del precio que es establecido entre los acopiadores con diferencias mínimas, con base en criterios subjetivos tales como frecuencia de entrega del producto, abastecimiento de productos escasos por encargos y relaciones de amistad cultivada a los largo de los años. Muchos acopiadores ejercen su negocio desde hace mucho tiempo y se ganan con su presencia a los campesinos.
           
La transacción es constante y sonante, en efectivo. Pendiente de las pesas, los campesinos reciben su pago y posteriormente compran los productos alimenticios para la semana (azúcar, arroz, aceite, jabón, sal), artículos de uso personal (vestuario, calzado, baterías para el foco, kerosene, gasolina, etcétera), e insumos y productos para la actividad productiva (sal para el ganado, desparasitante, vitaminas, herbicidas, fertilizantes, alambre de púas, grapas, machetes, limas, bomba de mochila, cuajo líquido para hacer el queso, gasolina y kerosene).
           
Luego de realizar sus compras, también se divierten: los jóvenes acuden a billares y los que añoran cosas heladas acuden a las cantinas, escondidas en las calles aledañas, para disfrutar su cervecitas o traguitos de ron. Otros, al descubrir la señal en su teléfono móvil, compran recargas y hablan con sus familiares dentro y fuera del país. Las mujeres se juntan en grupos y recorren las tiendas en busca de prendas íntimas, blusas, faldas, camisas y pantalones para ellas, él y sus hijos e hijas. Cuando aprieta el hambre, concurren a los comedores que celebran el día de mercado agasajándolos con pollo empanizado, bistec, guisos, pasta, refrescos naturales bien helados y chileros picantes hechos con chile dedo de mono.
           
A las tres de la tarde termina el día de mercado. Los camiones cargados de cerdo, ganado, queso, yuca y quequisque salen con destino hacia Nueva Guinea y posteriormente a Managua, Masaya y Estelí. Sonrientes, los acopiadores sacan cuentas de la ganancia del día con márgenes superiores al cincuenta por ciento con base en el precio establecido en la plaza mayor, el mercado Oriental de Managua. Los campesinos regresan a sus comunidades con las bestias cargadas por las compras y esperanzados en que los precios mejoren en la siguiente semana, mientras los pobladores de La Unión limpian las calles que quedan desoladas, sin pintas ni eslogan electoreros, a la espera del próximo día rimbombante de mercado.


Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS
Viernes, 28 de octubre de 2011